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DivisiĆ³n de Control de las ITS y SIDA del Ministerio de Salud

El Mal de Chagas, se parece al VIH



Cada semana mueren alrededor de diez personas en promedio en el paĆ­s como consecuencia de la enfermedad de Chagas. Hay cerca de dos millones de infectados, segĆŗn estimĆ³ el director del Programa Nacional de Chagas, HĆ©ctor Freilij. Pero el mal no afecta a turistas que viajan al exterior de vacaciones. Y entonces, poco se habla de su impacto. No es una enfermedad explosiva: es silenciosa y permanente, es la principal enfermedad endĆ©mica de la Argentina. Los que se mueren son los mĆ”s pobres. Algunos ni siquiera se enteran de que estaban infectados por el parĆ”sito que transmite la vinchuca antes de sufrir muerte sĆŗbita. Pero de la mano de la migraciĆ³n interna y de la ausencia de planes sistemĆ”ticos para combatir la presencia del insecto en las casas, el Chagas llegĆ³ a las ciudades y dejĆ³ de ser un problema exclusivo de las Ć”reas rurales: en la capital sanjuanina hay vinchucas en edificios deshabitados de una zona residencial, revelĆ³ Freilij.

El Programa Nacional del Chagas tiene apenas un presupuesto de 16 millones, al que se suma un financiamiento del Banco Mundial que elevarĆ­a el monto a unos 50 millones de pesos para todo el 2009. El presupuesto no supera lo que gastarĆ” el Ministerio de Salud de la NaciĆ³n para comprar unos 110 mil tratamientos del antiviral recomendado para los pacientes con gripe porcina y reforzar el stock que ya tenĆ­a de 500 mil dosis, unos 70 millones de pesos.

“Hay pocas acciones de pesquisas para detectar la enfermedad en chicos, cuando se calcula que el 80 al 90 por ciento se cura con un tratamiento de dos meses”, advirtiĆ³ Freilij, jefe de ParasitologĆ­a y Chagas del Hospital de NiƱos Ricardo GutiĆ©rrez de la ciudad de Buenos Aires. Una ley nacional que se aprobĆ³ hace un aƱo y medio y obliga a realizar test a todos los reciĆ©n nacidos de madres seropositivas y a todas las embarazadas, nunca fue reglamentada y no se aplica. “Estamos frente a un homicidio por omisiĆ³n, por no hacer nada”, se lamentĆ³ el especialista.

Freilij estĆ” al frente del Programa Nacional desde 2008. Se dedica al problema del Chagas desde que era mĆ©dico residente. Conoce el interior del paĆ­s y tambiĆ©n otros territorios latinoamericanos afectados por la vinchuca. Brasil, Uruguay, Chile y recientemente Guatemala han cortado la transmisiĆ³n por el vector. “Si se hicieran las cosas bien, en tres, cuatro o cinco aƱos Argentina podrĆ­a llegar a esa situaciĆ³n”, se esperanza.

La estrategia bĆ”sica para eliminar la vinchuca de las viviendas es fumigarlas, repetir la operaciĆ³n a los seis meses y controlar y estar atentos cuando vuelven los bichitos para volver a fumigarlos, explicĆ³. Pero las tareas de fumigaciĆ³n, que alguna vez estuvieron centralizadas a nivel nacional y luego fueron delegadas a las provincias, han ido disminuyendo con el correr de los aƱos. “De los 3000 fumigadores que habĆ­a en la dĆ©cada del ’80, quedaron alrededor de 300. En el Ćŗltimo aƱo se nombraron 400. El ministerio les ofreciĆ³ a las provincias que nombraran rociadores nuevos, la cantidad que necesitaran, y que por dos aƱos se encargaba de pagar los sueldos. Pero al tĆ©rmino de ese plazo cada jurisdicciĆ³n debĆ­a absorberlos, y no quisieron asumir ese costo salarial. Para hacer una acciĆ³n como corresponde se requieren entre 1000 y 1500 rociadores”, precisĆ³ Freilij.

Santiago del Estero, Chaco, San Juan y La Rioja son cuatro de las provincias con mayor Ć­ndice de infestaciĆ³n. Jujuy, Entre RĆ­os, La Pampa, NeuquĆ©n y RĆ­o Negro han sido certificadas por la OMS como libres de transmisiĆ³n domiciliaria por vector. Pero Freilij tiene sus dudas de que actualmente esa situaciĆ³n se mantenga. “Tengo informaciĆ³n de que ha vuelto a detectarse vinchuca infectada domiciliaria”, observĆ³. Las migraciones internas han llevado la vinchuca y el Chagas a centros urbanos: en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, casi el 3,2 por ciento de los donantes de sangre tienen Chagas; en Santiago del Estero, donde se registra la prevalencia mĆ”s alta, el 14 por ciento de los donantes es seropositivo.

No sĆ³lo se trata de rociar y controlar las viviendas. TambiĆ©n hay que vigilar la presencia de la vinchuca en los gallineros y alrededores de las casas, en las zonas rurales, las mĆ”s afectadas. “La vinchuca no se puede erradicar, pero sĆ­ controlar”, aclarĆ³ el especialista. En parajes de la localidad santiagueƱa de AƱatuya, la FundaciĆ³n Mundo Sano logrĆ³ en tres aƱos bajar de un 45 por ciento de viviendas infestadas a apenas un uno por ciento (ver aparte). SegĆŗn informaciĆ³n del Programa Nacional de Chagas, la provincia de Santiago del Estero tenĆ­a programada la fumigaciĆ³n en 2969 localidades en 2008: apenas cubriĆ³ al 34,4 por ciento. En La Rioja, de las 690 localidades agendadas para realizar tareas de rociado domiciliario, sĆ³lo se llegĆ³ al 20,6 por ciento. DespuĆ©s de aƱos de olvido, en El Impenetrable se empezĆ³ a fumigar para combatir la vinchuca a partir de una presentaciĆ³n judicial de la ONG Nelson Madela que llegĆ³ a la Corte Suprema. En 2008, en el Chaco se trataron mĆ”s de 300 niƱos infectados con la enfermedad.

“Todas las embarazadas deberĆ­an ser testeadas. Es muy importante la rĆ”pida detecciĆ³n del niƱo que nace con Chagas. Un tratamiento farmacolĆ³gico de 60 dĆ­as permite la cura en un 80 a 90 por ciento de los casos”, destacĆ³ Freilij, mĆ©dico pediatra e infectĆ³logo. Sin embargo, el experto estima que actualmente de las 700 mil mujeres que dan a luz cada aƱo en el paĆ­s, sĆ³lo son sometidas a un testeo entre 400 mil y 500 mil. La ley sancionada por el Congreso en septiembre de 2007 obliga a diagnosticar a cada embarazada y a cada reciĆ©n nacido de madre seropositiva. A un aƱo y medio de su aprobaciĆ³n, todavĆ­a no fue reglamentada.

No hay estadĆ­sticas oficiales. Pero Freilij seƱala que las estimaciones indican que hay alrededor de dos millones de afectados en el paĆ­s. Muchos de ellos desconocen que fueron picados por la vinchuca. La picadura no duele y generalmente se produce de noche. Hay pobladores que no saben que el bicho, que habita fundamentalmente en sus ranchos de adobe y techo de paja, transmite una enfermedad. Las condiciones de la vivienda son otro factor importante para combatir el Chagas. “En estados como Texas y Arizona hay vinchuca, pero como no pueden instalarse dentro de las viviendas porque son de buena calidad, no hay Chagas en humanos”, explicĆ³ Freilij. En la mayorĆ­a de los casos, el contagio se da por intermedio de la vinchuca. Otras fuentes de transmisiĆ³n son a travĆ©s de la placenta, durante el embarazo, de madre a hijo, y menos frecuente, por transfusiĆ³n de sangre contaminada y trasplantes de Ć³rganos infectados. Un 30 por ciento de las personas infectadas desarrollarĆ” cardiopatĆ­a por Chagas. De ese total, el 10 por ciento muere entre los 45 y 50 aƱos por problemas cardĆ­acos. Es una enfermedad calladita. No viaja en aviĆ³n. Produce un millar de muertes por aƱo en la Argentina, muertes evitables.
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